6 de septiembre de 2012

El corazón se colorea.

Cada persona tiene un color, una luz interior, una sensación que se proyecta en cada uno de nosotros. Tal vez esa sensación no sea siempre buena, y es que a cada uno le corresponde una persona con su propio color. El amor de tu vida, que transmite un intenso rojo. Esa gran amistad con su esperanzador verde, siempre en los malos momentos, provocados por ese amor roto, que proyecta en ti el color cuyo significado es la tristeza, el negro. Y así, sucesivamente, persona tras persona, color tras color. Hasta llegar a formar en ti un maravilloso arco iris.


Aprendiendo una lección.

Cuando las fuerzas te fallen, cuando sientas que es imposible que la sonrísa aparezca, cuando el brillo en tus ojos se apague, entonces piensa que el motivo de todo eso no merece la pena, porque nada ni nadie tienen control sobre ti, al menos no debería tenerlo. ¿Vas a dejar que un simple chico, una falsa amiga, o cualquier situación ejerza tanto sobre ti? Controla tu vida, controla tus sentimientos y aprende a diferenciar quien merece tu compañía y quien no.