22 de agosto de 2012

Detalle tras detalle.

Dime un te quiero, que seguirá sin significar nada para mi. Susurrame un te amo, que seguirá sin importarme. Escribeme un te adoro, y seguiré sin darle importancia. Porque yo valoro los hechos. Valoro que me cojas de la mano, que camines junto a mi; que observes en silencio las estrellas, a mi lado.
Regálame una rosa, y te regalaré un beso. Dedícame una mirada, y te dedicaré mi mayor sonrísa. Abrázame fuerte, y no te soltaré jamás.


Confesiones de una enamorada perdida.

Tengo miedo. A explotar, a que estos sentimientos acumulados desde hace tanto tiempo, ya no aguanten más dentro de mi. Y tengo ganas. Ganas de decirte que te quiero, de juntar mis labios con los tuyos y que pasen los segundos, aunque en mi mente se pare el tiempo. Pero principalmente, tengo miedo a que cuando lo sepas, no oiga lo que quiero oir. Aunque en realidad, ya me da igual. Porque ya no aguanto más. Las palabras se acumulan en mi garganta, pidiendo a gritos salir. Me ahogo, cada vez más lento. El peso de mis sentimientos se hunde conmigo. Ya queda poco, el tictac del reloj suena, los segundos se acumulan. Hay algo que te quiero decir.